La Asamblea Nacional del Poder Popular anunció que la sesión ordinaria prevista para el próximo 18 de diciembre dejará de celebrarse de manera presencial. En su lugar, los diputados deberán conectarse desde sus lugares de residencia mediante videoconferencia, una medida que refleja la complejidad del momento que vive el país. La decisión fue aprobada por el Consejo de Estado, presidido por Esteban Lazo Hernández y con la participación del presidente Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero Cruz. Según la comunicación oficial, el ajuste responde a las difíciles condiciones actuales y a la necesidad de garantizar que las autoridades permanezcan atendiendo los problemas en sus territorios. Un país bajo presión: apagones, escasez y tensiones sociales El anuncio se produce en un contexto particularmente sensible. La combinación de apagones prolongados, limitado acceso a combustibles, escasez de alimentos y dificultades logísticas ha generado un escenario de tensión social que se ha manifestado en protestas en varias provincias. Aunque las autoridades han insistido en que trabajan para estabilizar el sistema energético y garantizar abastecimiento básico, la persistencia de estos retos continúa impactando la vida diaria de los ciudadanos. El PCC también reduce su reunión y pasa al formato virtual La Asamblea Nacional no es la única estructura que ha modificado su agenda. Un día antes se informó sobre la reducción del XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), que inicialmente se realizaría de manera presencial durante dos días en La Habana, pero que ahora tendrá una duración más breve y se desarrollará en línea. Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del PCC, explicó que el ajuste permitirá que los cuadros principales permanezcan en sus territorios, donde hoy confluyen numerosos desafíos vinculados al funcionamiento económico y social del país. Una apuesta por la gestión local ante la presión ciudadana Analistas consideran que estos cambios buscan evitar paralizar a las estructuras políticas y administrativas, permitiendo que las autoridades permanezcan en sus provincias en un momento en el que la población demanda respuestas inmediatas a problemas cotidianos. Las protestas recientes, especialmente aquellas vinculadas a los apagones de larga duración, han puesto de manifiesto el cansancio acumulado y la necesidad de soluciones eficaces. Las redes sociales también se han convertido en un espacio donde la ciudadanía expone preocupaciones, denuncia situaciones críticas y expresa expectativas de cambios. Un escenario desafiante para la gobernanza Cuba enfrenta actualmente un entramado de factores externos e internos que condicionan su capacidad de respuesta. Entre ellos: dificultades financieras del Estado, tensiones energéticas persistentes, limitaciones derivadas del embargo estadounidense, y un entorno internacional menos favorable que en décadas anteriores. En medio de este escenario, el gobierno ha optado por mantener el trabajo institucional a través de plataformas virtuales, mientras insiste en la importancia de fortalecer la gestión territorial y canalizar los reclamos sociales dentro de los marcos existentes. ¿Qué se espera del 18 de diciembre? La sesión virtual del Parlamento será observada con atención, tanto dentro como fuera de la Isla, porque llega en un momento clave. Se prevé que se aborden temas de impacto nacional, entre ellos: la situación energética, la ejecución presupuestaria, ajustes económicos para 2026, y posibles nuevas medidas para enfrentar la coyuntura. Aunque los cambios logísticos no resuelven los problemas estructurales, sí muestran un intento de adaptar el funcionamiento institucional al momento actual y de evitar una desconexión entre las autoridades y el escenario que vive el país. Lo cierto es que Cuba transita hoy un período especialmente complejo, y cada movimiento del sistema político es interpretado como un indicador del rumbo que podría tomar la nación en los próximos meses.