Un sistema sombrío de traslados secretos está operando en las cárceles de Florida. Migrantes detenidos son movidos entre condados sin notificación, en lo que activistas llaman una estrategia deliberada para burlar leyes federales, mantener detenciones por más tiempo del permitido y romper el vínculo entre los migrantes y sus familias. El objetivo: reiniciar el conteo de las 72 horas máximas que una cárcel local puede retener a un inmigrante sin cargos antes de entregarlo a ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. El resultado: invisibilización, confusión legal, y miedo desgarrador en las familias. “Lo desaparecieron tres días” “Estuve tres días sin saber nada de mi esposo”, relata entre sollozos una mujer mexicana. “Me llamaba desde un número del condado, pero no aparecía en ningún sistema”. Su pareja, con permiso de trabajo vigente, fue arrestado cuando se dirigía como pasajero a una obra. Lo trasladaron en una van a un destino desconocido y luego lo devolvieron... con otro número de preso. Este caso no es aislado. Es parte de una maniobra sistemática, según reveló una investigación de The Detroit News basada en testimonios de abogados y defensores de migrantes. Un caso emblemático: el cubano Michael Borrego El cubano Michael Borrego Fernández, acusado de estafa por no completar construcciones de piscinas en Florida, cumple una pesadilla aún más intrincada. Tras su arresto en junio por violar su libertad condicional, fue llevado de la cárcel del condado Seminole al centro de detención de ICE en Orange. De ahí comenzó una cadena de traslados que incluyó Pinellas y finalmente el temido Alligator Alcatraz, un centro de detención migratoria en los Everglades. “Solo supe dónde estaba porque él me llamaba cuando podía”, dijo su madre, Yaneisy Fernández Silva, quien afirma que su hijo fue víctima de una estafa laboral y ahora está al borde de la deportación. “No es un error, es una táctica” El abogado de inmigración Walker Smith calificó estos movimientos como una “táctica para desorientar, desgastar y romper a las familias”. Denunció el caso de cuatro hermanos guatemaltecos con permisos de trabajo válidos que fueron trasladados repetidamente hasta acabar en el mismo centro con nuevos números de identificación. “Así reinician el reloj de detención y bloquean el acceso a abogados y derechos básicos”, explicó Smith. “Esto no es aplicar la ley, es manipularla”. Esposados, sin comida ni agua durante horas Durante estos traslados, los migrantes son encadenados por la cintura, privados de comida regular y, en muchos casos, sin acceso a baños o agua. “En una cárcel hay protocolos. En tránsito, no hay reglas”, dijo el abogado Mich González. Además del costo humano, hay un alto costo económico: cada día de detención cuesta al condado 145 dólares, pero el gobierno federal solo reembolsa 88. El resto lo asumen los contribuyentes locales. El sistema colapsa, las voces se alzan Florida, bajo políticas migratorias cada vez más duras, ha aumentado los arrestos y provocado el colapso del sistema de detención. Activistas exigen el fin inmediato de los acuerdos entre cárceles locales e ICE. “Esto no es burocracia: es crueldad organizada”, dijeron miembros de organizaciones civiles que ayudaron a localizar al esposo de la mujer mexicana. “Se está usando el sistema carcelario como una red clandestina para desgarrar familias y silenciar derechos”. En medio de estas maniobras invisibles, la comunidad migrante en Florida vive bajo un estado de alarma constante, con miedo a ser atrapados por un sistema que los mueve como fichas de ajedrez… sin nombre, sin rostro, y sin ley que los proteja realmente.