En medio de una tormenta interna, la masonería cubana reafirma su autonomía La Gran Logia de Cuba (GLC), uno de los pilares históricos del pensamiento libre en la isla, alzó la voz este 14 de junio para reafirmar su soberanía institucional en medio de lo que denomina una “profunda crisis” que amenaza sus fundamentos. En una conferencia de prensa ofrecida desde La Habana, se leyó una declaración oficial encabezada por el Muy Respetable Gran Maestro por sustitución reglamentaria, Juan Alberto Kessell Linares, donde se defendió con firmeza la destitución del Venerable Hermano Mayker Filema Duarte y se trazaron líneas claras frente al conflicto. La declaración, respaldada por una amplia mayoría de representantes de logias del país, advierte que la actual situación compromete la unidad y los valores esenciales de la masonería cubana. “Se trata de una acción soberana y ajustada a derecho”, sostuvo Kessell Linares, refiriéndose a la destitución ocurrida el 25 de mayo pasado, fundamentada en el Artículo 50 de la Constitución Masónica, que permite apartar del cargo al Gran Maestro si se demuestra indignidad en el ejercicio de sus funciones. El pronunciamiento no solo marcó una línea jurídica y moral clara, sino que también contó con respaldo masivo: 121 miembros de la Gran Logia participaron en la sesión decisiva, de los cuales 117 representaban logias activas de todo el país. Cientos de masones también se congregaron en apoyo a la decisión. Entre la legalidad y la ocupación del poder Una de las denuncias centrales del documento fue la “ocupación ilegal” del inmueble sede de la GLC por parte de Filema Duarte, así como el uso indebido de sellos, firmas y otros recursos administrativos. “No existe fundamento legal que respalde sus acciones actuales”, indicó la declaración, haciendo referencia también a los decretos y convocatorias emitidos por el ex Gran Maestro luego de su destitución. El conflicto ha escalado a tal punto que el Ministerio de Justicia (MINJUS) fue involucrado. En una reciente reunión con la viceministra Lilia María Hernández Doejo, Kessell Linares y su equipo presentaron documentación sobre lo que consideran acciones improcedentes de Duarte. Si bien la viceministra prometió dar curso a los reclamos ante las instancias correspondientes, la GLC aún espera una respuesta oficial. Llamado a la estabilidad institucional En tono firme pero institucional, la declaración hizo un llamado a preservar la armonía dentro de la masonería cubana, y recalcó que no se aceptará ningún intento de presión o manipulación que comprometa la integridad de la organización. “No cederemos ante intentos externos ni internos que pretendan doblegar nuestros principios”, afirmó Kessell Linares, dejando claro que cualquier solución al conflicto deberá respetar la legalidad masónica y su soberanía interna. El documento finaliza ratificando la legitimidad de la actual directiva, la inviolabilidad de sus principios fundacionales y la determinación de defender la institución frente a cualquier forma de injerencia. En tiempos en los que muchas organizaciones son arrastradas por vientos políticos o divisiones internas, la masonería cubana parece decidida a no perder su brújula: su independencia y su ética siguen siendo su norte.