Randy Mesa Padrón, un joven barbero cubano que llevaba más de tres años viviendo y trabajando legalmente en Estados Unidos, fue detenido por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Fronteras (ICE) inmediatamente después de asistir a una audiencia de asilo en una corte migratoria. La detención ha generado una ola de indignación entre activistas, abogados y miembros de la comunidad cubana en el exilio. Mesa, de 30 años, acudió el pasado 3 de junio a su segunda cita judicial en su proceso de asilo. Según su testimonio, la jueza no escuchó los argumentos de su abogada y cerró el caso de forma expedita. Minutos después, agentes de ICE lo arrestaron en el pasillo del tribunal, junto a otras cinco personas. “El operativo estaba claramente preparado. Nos hicieron esperar hasta que llegaron los oficiales. Ya tenían todo listo para llevarnos esposados”, relató Randy en mensajes de voz enviados desde el centro de detención. Detención sorpresiva pese a historial limpio Lo que más ha sorprendido a su entorno es que Mesa no tenía antecedentes penales, poseía permiso de trabajo vigente y había cumplido con todas las citas judiciales desde su entrada al país por la frontera en febrero de 2022. Su única "falta" fue haber recibido un formulario I-220A al ingresar, un documento que lo colocó bajo libertad supervisada, pero sin considerar su entrada como legal para efectos migratorios. Este tipo de formulario ha generado confusión entre miles de migrantes cubanos, ya que les impide acceder a beneficios como la Ley de Ajuste Cubano, dejándolos en un limbo legal. Presión para la autodeportación Según denunció su familia, tras su arresto, Randy fue presionado por funcionarios de ICE para firmar una salida voluntaria hacia Cuba. Al negarse, fue advertido de que sería trasladado a otro centro de detención y deportado de igual forma, debido a que ya existía una orden expedita en su contra. Actualmente se encuentra recluido en el centro de detención de Pompano Beach, Florida, donde su esposa, Roxana Peguero, lucha por impedir su deportación. La joven, quien ya es residente legal, ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para cubrir los gastos de defensa legal bajo el título “Ayudemos a Randy”. Un caso que no es aislado El caso de Randy no es único. Según organizaciones de derechos migratorios, ICE ha intensificado las detenciones de cubanos con formulario I-220A, en muchos casos arrestándolos directamente a la salida de las cortes sin previo aviso. "Estamos viendo una práctica sistemática de negar audiencias justas, desestimar casos de forma mecánica y detener a personas sin historial criminal ni riesgo de fuga", denunció un abogado de inmigración que trabaja con varios de estos casos en Florida. Comunidades entre la angustia y la movilización La comunidad cubana en el exilio ha comenzado a movilizarse en redes sociales para denunciar lo que consideran una "persecución legalizada" contra migrantes que han hecho todo lo posible por regularizar su estatus. El caso de Randy ha conmovido por tratarse de un joven trabajador, sin historial delictivo, que mantenía su hogar y cumplía con sus responsabilidades legales. Su esposa ha declarado que, más allá del miedo a la deportación, lo que sienten es una profunda desilusión: “Randy vino a este país buscando libertad. Hoy está encerrado como si fuera un criminal por presentarse en una corte, como le pidieron”. ¿Qué sigue ahora? Randy enfrenta una posible deportación en las próximas semanas si no logra frenar legalmente la orden en su contra. Sus abogados evalúan presentar una apelación de emergencia, mientras la familia busca apoyo público y político. El caso pone sobre la mesa la urgencia de revisar la política migratoria hacia los cubanos, especialmente aquellos con I-220A, un documento que, para muchos, se ha convertido en una sentencia diferida.